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La prensa británica mostró asombro por las “extrañas” declaraciones del príncipe Enrique, en que negó haber acusado a la realeza de racismo, considerándolas una rama de olivo tendida a su familia antes de la publicación –hoy– de sus polémicas memorias.
“Yo no he dicho que la familia real sea racista”, titulaba ayer el diario Daily Mirror, con una imagen del duque de Sussex, de 38 años, durante una entrevista con el canal británico ITV para promocionar su libro.
Pese a la amplia promoción hecha en los días previos a su difusión, esta sólo fue vista por 4.1 millones de telespectadores, la mitad de los que a la misma hora miraban una serie en la televisión pública BBC.
Los británicos podrían mostrar así su hastío ante las revelaciones de Enrique y su esposa Meghan Markle, omnipresentes en los medios desde hace semanas. De acuerdo con un sondeo de YouGov, 64% de británicos tiene una imagen negativa del hijo menor del rey Carlos III.
Para The Sun, el libro de Harry y sus diversas entrevistas son “una mezcla de sesión de terapia pública y búsqueda personal de un hombre cuya última línea de defensa es el ataque”.
“El escrito lo expuso como un niño celoso, cuya incontinencia verbal sólo es igualada por su paranoia”, afirmó Daily Mirror.