La gripe es una infección que afecta la nariz, la garganta y los pulmones. Aunque similar al resfriado común en algunos síntomas, se diferencia por su aparición súbita y la gravedad de sus efectos. Se propaga principalmente por el aire, a través de gotitas emitidas al toser, estornudar o hablar de una persona infectada. También es posible el contagio por contacto con objetos contaminados y posteriormente tocarse la cara, según señala el portal especializado Medline Plus.
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Es una enfermedad común a nivel mundial, con aproximadamente mil millones de casos anuales, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. Los virus de la gripe se clasifican en tipos A, B, C y D, siendo los tipos A y B los causantes de epidemias estacionales. Los subtipos A(H1N1) y A(H3N2) son los más comunes en humanos y por lo regular no son tan graves.
¿Cuáles son los principales síntomas de la gripe?
De acuerdo con la Clínica Mayo, los síntomas comunes incluyen fiebre alta, dolor muscular, escalofríos, sudoración, dolor de cabeza, tos seca, fatiga y debilidad, congestión nasal, dolor de garganta, dolor en los ojos, y en ocasiones, vómitos y diarrea, siendo estos últimos más comunes en niños.
Las medidas preventivas incluyen lavarse las manos frecuentemente, evitar tocarse la cara, cubrirse la boca al toser, limpiar superficies de uso común y evitar aglomeraciones, especialmente en épocas de alta incidencia de la enfermedad.
¿Cómo curar la gripe?
Aunque la mayoría de las personas se recupera sin necesidad de tratamiento médico, ciertos grupos están en riesgo de complicaciones graves, como los mayores de 65 años, niños menores de dos años, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunitarios debilitados. En estos casos, puede ser necesario el uso de antivirales y atención médica especializada. Para aliviar los síntomas, se recomienda reposo, hidratación y, si es necesario, medicamentos para reducir la fiebre y aliviar el dolor.
Entender los síntomas y vías de transmisión de la gripe es crucial para su prevención y tratamiento. Aunque es una enfermedad común, sus complicaciones pueden ser serias, por lo que la prevención, como la vacunación y las prácticas de higiene, es fundamental para protegerse a sí mismo y a los demás.