Los productores agropecuarios y agroindustriales anunciaron hoy que han experimentado pérdidas de $131 millones por las protestas y cierres de avenidas y calles a lo largo del país.
Estos cierres están ocasionando un evidente desabastecimiento en los mercados y centros comerciales de alimentos, ya que la producción agrícola se desperdicia en camiones varados en la carretas por varios días o no ha podido ser transportada desde los campos de cultivos.
Por otro lado, el cierre del corredor que lleva al Aeropuerto Internacional de Tocumen provocó que viajeros tuvieran que arrastrar sus maletas y caminar varios kilómetros para poder salir del país.
El fin de semana el gobierno había llegado a un acuerdo en el primer punto de las reclamaciones al fijar en $3.25 el precio del combustible, pero, ayer lunes, las organizaciones sociales rompieron el documento firmado y anunciaron que seguirá el cierre de calles y las manifestaciones.
En la mañana de hoy, martes 19 de julio, el gobierno del presidente, Laurentino Cortizo, reiteró su disposición a que “dentro de la base del respeto para promover la paz social y el bien común”, participar en la provincia de Coclé de la mesa única de diálogo por Panamá, cuyo facilitador será la Iglesia Católica.
Hay expectativas de que se concrete un acuerdo en esta mesa, que reunirá a representantes del Órgano Ejecutivo, la Alianza Pueblo Unido por la Vida, la Alianza Nacional del Pueblo Organizado, y los grupos organizados de la Comarca Ngäbe-Buglé.
Las conversaciones se estaban realizando en la provincia de Veraguas, aunque el propio gobierno instaló con diferentes voceros mesas de diálogos en los diferentes puntos del país en donde están concentrados los manifestantes.
Según analistas, el actual momento político, fuertemente condicionado por la crisis estructural de un “modelo de crecimiento sin desarrollo”; y de “un orden político de privilegios altamente concentrado (recursos) y centralizado (decisiones), ha mostrado la incapacidad de darle soluciones al desempleo y a la mermada capacidad adquisitiva de la población”.
“El gobierno tiene poca maniobra por el poco prestigio, la escaza certidumbre y la nula confianza que proyecta. Tenemos un presidente que perdió completamente el control de la gobernabilidad”, señaló el analista y abogado, Julio Linares.
En tanto, el cantante y excandidato presidencial, Rubén Blades, considera que “el pueblo no ha exigido lo que en verdad necesitamos: la sustitución del corrupto y desfasado paradigma político que nos destruye moral y económicamente”.
Para Blades, “la rebelión e indignación popular desatada contra el gobierno actual no procura la desaparición de la estructura que sostiene su inoperatividad. Las quejas planteadas por la masa para explicar su descontento no incluyen, ni promueven la sustitución del mal administrativo que paraliza nuestro futuro”.