Como cada seis de mayo, se llevó a cabo la ceremonia del Juramento de los nuevos reclutas que formaran parte de la Guardia Suiza, encargada de proteger y cuidar al Papa Francisco, ya que fue en esa fecha cuando se dio la invasión y saqueo por parte del ejercito de Carlos V cuando se encontraba el Papa Clemente Vll.
Fueron 34 los reclutas que juraron fidelidad al Papa en el Patio de San Dámaso, dentro del Vaticano, utilizando el uniforme de gala que sólo se porta en esta ceremonia, y durante la bendición Urbe et Orbi de Pascua y la de Navidad que otorga el Sumo Pontífice.
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La jura de los Guardias Suizos
Cada uno de los nuevos guardias, pasan delante del Sargento, toman la bandera de la Guardia Pontificia con la mano izquierda y con la derecha levantada con los tres dedos abiertos que significa la Trinidad.
“Juro servir fiel, leal y honorablemente al Pontífice reinante y a sus legítimos sucesores, dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, si es necesario incluso sacrificando mi vida en su defensa. Asumo los mismos deberes para con el Colegio Cardenalicio durante la vacante de la Sede Apostólica. Prometo también al comandante y a los demás superiores respeto, lealtad y obediencia. Así lo juro, que Dios y nuestros Santos Patronos me asistan”
Durante la mañana, los nuevos Guardias se reunieron con el Papa Francisco quien agradeció su servicio.
“En primer lugar por la presencia: una presencia que destaca por su calidad, por su estilo amable, atento, incluso escrupuloso. Y, por supuesto, por el servicio diario, siempre generoso y diligente”.