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Human Rights Watch señaló a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba de cometer “abusos aberrantes” en su informe anual, en el que exhortó a los líderes de Latinoamérica a ejercer presión para lograr una transición democrática.
En su Informe Mundial, que se difundió ayer, HRW expresó su preocupación por el recrudecimiento de la violencia, la pobreza y el deterioro de los derechos humanos en América Latina y el Caribe y dijo que esos problemas han impulsado a millones de personas abandonar sus hogares, lo que ha profundizado la crisis migratoria.
La directora para las Américas de HRW, Tamara Taraciuk, afirmó que algunos países de la región enfrentan un “gravísimo deterioro de la democracia y el Estado de Derecho” y un “ataque directo frontal” a las instituciones, a los sistemas electorales, al Poder Judicial, a la prensa independiente y a la sociedad civil por parte de líderes electos democráticamente, algunos de corte populista y autoritario.
Ante ese contexto Taraciuk admitió que se “corre el riesgo de hacer tambalear los pilares fundamentales que sostienen a la democracia” en la región.
Al evaluar la situación de Cuba, la HRW sostuvo que el gobierno continuó durante 2022 “reprimiendo y castigando cualquier forma de disenso”.
Igual situación se planteó que en el caso de Nicaragua. El gobierno de Daniel Ortega fue señalado de profundizar “la represión sistemática contra críticos, periodistas y defensores de derechos humanos”.
HRW llamó la atención sobre los riesgos que enfrentan en Venezuela los periodistas, defensores de derechos humanos y organizaciones de la sociedad.