EFE.- El temor a que la economía global se encamine a una recesión ha hecho que la mayoría de las grandes Bolsas europeas hayan cerrado la sesión del martes con pérdidas cercanas al 3 %, en contraste con el comportamiento mixto en Wall Street, lo que también ha causado una bajada del 10 % en los precios del petróleo y la depreciación del euro frente al dólar, en su mínimo desde 2002.
El principal indicador del parqué español, el IBEX 35, ha caído hoy un 2.48 %, el mayor batacazo desde el pasado 12 de junio, y ha quedado en 7,959.4 puntos, su nivel más bajo desde comienzos del pasado marzo y que sitúa las pérdidas anuales en el 8.66 %.
Más pesimistas aún se han mostrado los inversores en las grandes plazas del Viejo Continente, que han cerrado con caídas del 2.99 % en Milán; del 2.91 % en Fráncfort; del 2.86 % en Londres y del 2.68 % en París, mientras que el Euro Stoxx 50, que agrupa a las mayores empresas cotizadas del Viejo Continente se dejó un 2.68 %.
Por su parte, Wall Street cerró este martes en territorio mixto y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, bajó un 0.42 % debido a las preocupaciones de los inversores sobre una posible recesión en EE.UU. a medida que el mercado estadounidense busca recuperarse después de una primera mitad del año difícil (aunque el S&P y el Nasdaq cerraron en verde).
En la misma línea, el euro se cambiaba este martes por debajo de los 1.03 dólares, sumínimo en las dos últimas décadas, por la desbandada de los inversores hacia el billete verde, como ocurre siempre que asoma el temor a una posible recesión.
El euro, que se ha depreciado desde hace meses por el diferencial de tipos (la Fed ya ha subido las tasas en dos ocasiones y el BCE todavía ninguna), ha bajado hasta 1.023 dólares, su mínimo desde diciembre de 2002 y muy próximo a la paridad.
Las alarmas empezaban a saltar esta mañana tras la publicación del índice PMI compuesto definitivo de junio de los principales países de la eurozona, que registró crecimiento, pero al ritmo más bajo en los últimos 16 meses en Francia; del último medio año en Alemania, y de los últimos 5 y 3 meses en Italia y España.
Según explicaba S&P Global, la consultora que elabora el índice, el correspondiente a junio “se vio afectado por la primera contracción de la producción manufacturera en dos años y por un ritmo más lento de crecimiento de la actividad comercial del sector servicios”.
La elevada inflación, presionada adicionalmente por la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia, y las subidas de tipos de interés de los bancos centrales frenan la economía y muchos inversores temen que esta estrategia acabe causando una recesión.
Esta posibilidad impacta en el precio del petróleo ante las menores previsiones de demanda, con lo que este martes, el crudo Brent, el de referencia en Europa, caía casi el 10 % al cierre de las bolsas en Europa, hasta 102 dólares el barril, un precio no visto desde el 11 de mayo pasado.
Los miedos a una recesión económica también se han dejado notar en el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) que bajó este martes un 8,2 % y cerró en 99,50 dólares, su primer cierre por debajo de los 100 dólares desde principios de mayo.
También el gas natural TTF terminaba este martes la sesión con una caída del 0.5 %, aunque poco antes del mediodía alcanzaba los 175 euros por megavatio hora (MWh), máximo en cuatro meses, por el temor a una reducción del suministro desde Rusia como consecuencia de la guerra de Ucrania, según datos de Bloomberg recogidos por Efe.
Los precios del gas se han disparado desde mediados de junio por las paradas en el gasoducto Nord Stream y la semana pasada repuntaron de nuevo ante el temor expresado por Alemania a que Gazprom no reactive el suministro después de la parada técnica que tiene programada entre el 11 y el 21 de julio próximos.
Japón ha señalado hoy que busca alternativas para sustituir el gas ruso, después de que Moscú decidiera la semana pasada nacionalizar el proyecto Sajalín-2, una vía por la que ese país obtenía el 8 % de sus importaciones de gas natural y en la que Gazprom tenía el 50 % del accionariado.
La preocupación también era elevada en Alemania, cuyo ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, ha advertido de que la crisis energética del gas podría tener un efecto dominó en el mercado y no ha descartado una intervención de los precios del gas.