Aunque las lluvias disminuían en Sydney, varias vías fluviales, incluido el sistema de ríos Hawkesbury-Nepean en la periferia norte y oeste de Sydney, seguían en elevados niveles de inundación, de acuerdo con la ministra de Servicios de Emergencia, Steph Cooke.
Durante la noche, los servicios de emergencia fueron puerta por puerta en las localidades de Singleton y Muswellbrook, en el valle de Hunter al norte de Sydney, para ordenar la evacuación de los residentes, comentó.
“Para muchos, ha sido una noche en vela”, dijo Cooke.
Por la mañana de hoy se habían emitido órdenes de evacuación y advertencias oficiales para que 85,000 personas se prepararan a abandonar sus hogares, en comparación con las 50,000 del martes, dijo el primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, Dominic Perrottet.
En el quinto día de emergencia por las inundaciones, Perrottet advirtió que las casas que permanecieron secas durante las inundaciones anteriores podrían inundarse esta semana.
Un fenómeno que no parará
“Este acontecimiento está lejos de terminar. Por favor, no permitan que experiencias previas influyan en su comportamiento actual”, dijo Perrottet.
Se pondrán a disposición fondos federales para las víctimas de inundaciones a partir del jueves, menos de dos días después de que se declarara zona de desastre en 23 áreas de gobierno local, dijo el Primer Ministro Anthony Albanese. “Creo que nunca antes se habían aprobado este tipo de pagos tan rápido”, dijo Albanese.
Albanese dijo que la cuarta gran inundación en Sídney y sus alrededores desde marzo del año pasado, luego de los devastadores incendios forestales en la misma región durante el verano austral de 2019-2020, era una prueba de la necesidad para emprender acciones climáticas.
“Estamos buscando soluciones a largo plazo. Mi gobierno ha cambiado la postura de Australia sobre el cambio climático desde el primer día”, dijo.
El Partido Laborista de Albanese, de centro-izquierda, fue elegido en mayo con la promesa de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Australia en un 43% por debajo de los niveles de 2005 para finales de la década.
El anterior gobierno conservador había prometido una reducción de entre el 26% y el 28%.