El panel de expertos científicos que investiga un posible envenenamiento del poeta Pablo Neruda en 1973, entregó su informe a una jueza chilena que lo estudiará en reserva mientras sigue en fase de investigación.
La jueza Paola Plaza dijo en conferencia de prensa que el tribunal no tenía conocimiento del contenido de estos informes hasta el día de hoy. Se desligó de todo lo trascendido a la prensa sobre la tesis de que el poeta no murió de cáncer sino por la inyección de la bacteria del botulismo.
“Yo no me puedo hacer cargo de lo que circula en la prensa, si alguno de los intervinientes haya tenido conocimiento previo”, apuntó Plaza, quien encabeza la investigación iniciada hace más de una década.
El informe pericial no es vinculante y la jueza Plaza debe decidir los pasos a seguir una vez que concluya esta etapa en un plazo que se negó a definir.
La magistrada enfatizó que “ahora viene una fase de revisión, estudio, ponderación, valoración para que el tribunal dicte las resoluciones que en derecho corresponda” a este caso que ha generado gran expectación por la causa de muerte del Nobel de Literatura de 1971, cuyo nombre de nacimiento era Neftalí Reyes.
Rodolfo Reyes, abogado y sobrino del poeta, afirmó esta semana que los resultados entregados por laboratorios de Canadá y Dinamarca, a los que dice tuvo acceso, son suficientes para confirmar que Neruda fue envenenado.
“Por supuesto esta bacteria es un arma biológica que le inyectaron a Pablo Neruda, y a las pocas horas falleció”, dijo Reyes.
Sin embargo, Bernardo Reyes, sobrino nieto del autor de “20 poemas de amor y una canción desesperada”, desestimó esta causa desde el lado de la familia que no cree en la tesis del asesinato de Neruda.
“La conclusión científica no podrá determinar su asociación a un acto homicida. Sin siquiera mencionar que para 1973 aún no existía en el país, en la dictadura, un desarrollo en asesinatos mediante técnicas químicas”, indicó Bernardo Reyes.
Consideró que sus parientes son portavoces advenedizos, que no representan a la familia.
Según la versión oficial, Neruda, de 69 años y reconocido militante comunista, murió en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, como consecuencia del cáncer de próstata que padecía.
Su deceso se produjo 12 días después del golpe militar que derrocó el gobierno de Salvador Allende e impuso una dictadura encabezada por Augusto Pinochet.
Los representantes del Partido Comunista (PC) y de la familia del poeta, suspendieron una declaración pública que habían previsto tras la presentación del informe. El PC y la Fundación Neruda indicaron que por ahora optaban por la prudencia a la espera de una decisión de la jueza.
“En este momento solamente tenemos presunciones fundadas de acuerdo a los antecedentes que se nos han entregado, pero no hay nada concluyente. Entonces esto tiene que ser investigado”, dijo Julia Urquieta, abogada del Partido Comunista en la causa de Pablo Neruda.
La Fundación Neruda, que administra las casas-museos y la memorabilia del poeta y diplomático, prefiere esperar a que la jueza entregue oficialmente el veredicto, indicó Kemy Oyarzún, presidenta de la fundación.
La investigación judicial sobre las causas de la muerte de Neruda comenzó en 2012 luego de que en 2011 su chofer, Manuel Araya, relatara a la prensa que el poeta pudo ser envenenado por la dictadura de Pinochet, que dejó más de 3 mil 200 muertos y unos 38 mil torturados, según cifras oficiales.
En 2013, tras la exhumación de los restos de Neruda, un equipo de peritos chilenos y extranjeros reafirmó que el poeta murió de cáncer de próstata.
Pero en 2015 estudios realizados en Chile y el extranjero descubrieron la presencia de un estafilococo dorado, una bacteria altamente infecciosa que puede ser letal.
En octubre de 2017, un grupo de 16 peritos chilenos y extranjeros confirmó que el poeta no murió de cáncer, aunque no pudo determinar la causa exacta de su muerte.
Desde el 24 de enero de 2023, un panel conformado por especialistas de Canadá, Dinamarca y Chiletrabajó en el análisis de las pericias derivadas de una investigación iniciada en 2012, para comprobar si Neruda había sido envenenado.
Se inició entonces otra investigación sobre una bacteria, la ‘Clostridium botulínico’, encontrada en los restos de Neruda.
Con información de AFP