Existen pocos objetos observados que provienen desde el exterior de nuestro sistema solar. Uno de ellos es el cometa 3I/ATLAS, visto por primera vez en julio de 2025 por los científicos del telescopio de sondeo Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés), ubicado en Río Hurtado, Chile, y financiado por la NASA.
Este objeto interestelar alcanzará una distancia de perihelio, es decir, el punto de su órbita en el que se encuentra más cerca del sol, de 1.36 unidades astronómicas (au) alrededor del medio día UTC (Tiempo Universal Coordinado) del próximo 29 de octubre, de acuerdo con un artículo científico publicado recientemente en ArXiv.

Además, los expertos detallaron que, entre el 30 de octubre y 6 de noviembre, existe una posibilidad única de que la Europa Clipper detecte las características de la cola iónica de 3I/ATLAS luego de que la sonda la atraviese. Asimismo, predijeron que la sonda espacial Hera posiblemente se sumerja en el rastro del cometa entre el 25 de octubre y el 1 de noviembre.
“También se prevé la observación de cambios característicos en el viento solar; podría identificarse una estructura de drapeadomagnético asociada al cometa”, escribieron los científicos en su análisis.
¿Por qué 3I/ATLAS está dando tanto de qué hablar?
Como se mencionó anteriormente, el cometa 3I/ATLAS es uno de los tres únicos objetos interestelares jamás observados desde el planeta Tierra, presidido por 1I/’Oumuamua, descubierto en 2017 y 2I/Borisov, hallado en 2019, de acuerdo con información de la administración aeronáutica y espacial estadounidense.

A pesar de que los astrónomos no están seguros del tamaño exacto de 3I/ATLAS, sí saben que se encuentra activo, con núcleo helado y una nube brillante de polvo y gas que lo rodea conforme se acerca al Sol (coma). Esta última característica hace que sea clasificado como un cometa y no un asteroide que viajaba a 221,000 kilómetros por hora cuando fue descubierto; sin embargo, se esperaba que su velocidad aumentara conforme se acercara al Sol.
3I/ATLAS no representa ningún riesgo para la Tierra, pues no se acercará a más de 1,6 ua (o 240 millones de kilómetros) de nuestro planeta, a pesar de que su trayectoria lo envíe al sistema solar interior.
Expertos determinaron que el cometa se formó en otro sistema estelar que fue “expulsado al espacio interestelar” y que se desplazó durante miles o miles de millones de años hasta llegar al sistema solar. Además, se descubrió que el objeto avanza a tal velocidad que no se ve limitado por la gravedad del Sol y que sigue una trayectoria hiperbólica.
“En otras palabras su órbita no sigue una trayectoria cerradaalrededor del Sol. Simplemente está pasando por nuestro sistema solar y continuará su viaje hacia el espacio interestelar, para nunca más ser visto de nuevo”, describieron astrónomos de la NASA en un artículo publicado en su sitio web.
El misticismo que rodea al cometa 3I/ATLAS
Recientemente, imágenes obtenidas por el telescopio Keck II confirmaron que el cometa emite una columna de níquel que, según el astrofísico de Harvard, Abraham “Avi” Loeb, no se había visto en otro lado.
Durante una entrevista con el tabloide estadounidense The New York Post, el experto señaló que solo se sabe de un lugar donde algo así existe: las aleaciones de nickel producidas industrialmente. “Este fue un proceso que solo podemos imaginar porque se utilizó en la industria. Nunca antes se había visto en cometas“, afirmó.






