En las vísperas de la solemnidad de María Santísima, madre de Dios y el Te Deum de acción de gracias de fin de año, el Papa Francisco habló en su homilía a la gratitud y la esperanza que tiene la Virgen María.
“La fe en Jesucristo, Dios encarnado, nacido de la Virgen María, da una nueva forma de sentir el tiempo y la vida. Lo resumiré en dos palabras: gratitud y esperanza”, expresó.
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El Papa Francisco celebró esta tarde en Roma, en la Basílica de San Pedro.
“En esta Liturgia se respira otra atmósfera: la de la alabanza, de asombro, la de la gratitud. Y esto sucede no por la majestuosidad de la Basílica, no por las luces y los cantos; estas cosas son más bien la consecuencia, sino por el Misterio que la antífona del primer salmo expresaba así: ¡Maravilloso intercambio! El Creador tomó un alma y un cuerpo, nació de una virgen; […] nos da su divinidad”.
Respecto a la gratitud, puso como ejemplo a la Virgen María.
“Pensemos en la gratitud que debió de sentir María al contemplar a Jesús recién nacido. Es una experiencia que sólo puede tener una madre, y sin embargo, en ella, la Madre de Dios, tiene una profundidad única, incomparable”, indicó.
El Papa Francisco destacó que la Iglesia aprende de la Virgen María la gratitud y la esperanza.
“Se diría que Dios la eligió a ella, a María de Nazaret, porque en su corazón vio reflejada su propia esperanza. La que él mismo le había infundido con su Espíritu. María siempre ha estado llena de amor, llena de gracia, y por eso también está llena de confianza y de esperanza”, manifestó.
Al termino de la celebración, el pontífice se dirigió al pesebre que se encuentra en la Plaza de San Pedro para tener un momento de oración.
BRC