El casquete polar en la Antártida se redujo a niveles récord en febrero por segundo año consecutivo, como viene sucediendo desde hace una década, informó este martes el observatorio europeo del clima Copernicus.
El área helada del océano que rodea el continente antártico tenía una superficie de 2,09 millones de kilómetros cuadrados el 16 de febrero, el nivel más bajo desde que empezó a ser medida en 1978, informó Copernicus a la AFP.
Otro indicador importante, la “extensión de hielo diaria” en el Antártico, “también llegó a un mínimo histórico, superando el récord previo de febrero de 2022”, informó el servicio de monitoreo.
El Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, por sus siglas en inglés) estadounidense ya había alertado el mes pasado de esta reducción de la masa helada, pero dio una superficie menor, 1,79 millones de km2.
No incrementará los mares
El servicio Copernicus atribuyó esta divergencia de datos a “diferentes algoritmos” de medición de la zona. La extensión de hielo sobre el océano en el Polo Sur se achica y se repone cíclicamente cada año, con las variaciones de cada estación, pero la reducción detectada por los servicios de vigilancia europeos y estadounidense se ha intensificado.
La reducción de ese casquete no supone un incremento del nivel del mar, porque es agua salada que simplemente estaba helada. Pero al descongelarse, esa barrera deja al descubierto la gran masa continental helada, que sufre en consecuencia los embates del océano. Ese hielo es de agua dulce, y si llegara a descongelarse, sí podría producir una catástrofe.