“Polvo eres y en polvo te convertirás“, es una de las frases que se utiliza durante la eucaristía del Miércoles de Ceniza que marca el inicio de la Cuaresma, mientras los sacerdotes marcan una cruz de ceniza sobre la frente de los feligreses.
La ceniza que se usa para esta ceremonia se obtiene de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. La marca que se impone es un recordatorio a los fieles sobre la temporalidad de la vida.
Los católicos acuden a las iglesias durante esta fecha para obtener la imposición de la cruz. (Foto: Shutterstock)
El portal Catholic.net detalla que “la imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la Tierra es pasajera y que la vida definitiva se encuentre en el cielo”.
Las personas acuden desde muy temprano a los principales templos católicos para recibir la imposición de la ceniza.
Origen
Como varias de las tradiciones católicas, el origen de esta ceremonia proviene del judaísmo. En el pasado, se acostumbraba a cubrir con cenizas cuando una persona consideraba que había cometido un pecado o como preparación para un festejo importante.
Años después, en el 384 antes de Cristo, cuando, la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y, aún más tarde, ya en el siglo XI, cuando la Iglesia de Roma adoptó la costumbre actual de imponer las cenizas al iniciar este periodo.
De acuerdo con el portal de ACI Prensa, una agencia católica de noticias, las cenizas es aquello que se desvanece, como señal de una vida terrenal caracterizada por la “inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte”.
El Miércoles de Ceniza representa el inicio de la Cuaresma, y este es el tiempo de preparación para la Pasión de Cristo a través de la reflexión.
La Iglesia solicita a sus fieles que oren y realicen algunos sacrificios: el ayuno y la abstinencia tanto elMiércoles de Ceniza como todos los viernesposteriores hasta el Domingo de Resurrección.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia se basa en no comer carne.
De acuerdo con el portal de catholic.net, la abstinencia es obligatoria a partir de los 14 años y, el ayuno, de los 18 a los 59 años.
Los católicos entienden que, mediante estos sacrificios, se purifican y piden “perdón a Dios por haberlo ofendido”.