Una mancha gris poco a poco crece en el planeta Tierra, preocupa a científicos y ambientalistas debido a la causa de la problemática a nivel mundial ya que representa una amenaza para el ecosistema y la humanidad ya que se trata de ropa que llega de distintas regiones.
Las reveladoras evidencias que dieron la vuelta al mundo fueron tomadas por la empresa SkiFi, que toma imágenes satelitales para monitorear la Tierra, confirmó que desde el espacio se puede observar el gran vertedero textil del Desierto de Atacama, ubicado en Chile, que se extiende por las regiones naturales del Norte Grande y el Norte Chico de Chile, abarcando las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y el norte de la región de Coquimbo.
esierto de Atacama, resaltó los hechos y dijo que la inmensidad de ropa que llega a Iquique desde distintas partes del mundo termina en el Desierto.
“Urge actuar frente a la magnitud de las catástrofes ambientales derivadas del hiperconsumo y falta de regulación”, señaló Cristina Dorador Ortíz.
La ropa que se observa llegó ahí para fomentar la venta de ropa usada pero al no ser comprada terminó esa región chilena, ocupando cientos de hectáreas, lo que produce un alto grado de contaminación del suelo, el aire y el agua, lo más preocupante es que no hay actualmente una política pública para detener esta problemática.
¿Qué es fast fashion?
El concepto de fast fashion, o moda rápida, se refiere a los grandes volúmenes de ropa producidos por la industria de la moda, en función de las tendencias y una necesidad inventada de innovación, lo que contribuye a poner en el mercado millones de prendas y fomentar en los consumidores una sustitución acelerada de su inventario personal.
La fast fashion provoca que se introduzcan al mercado muchas colecciones de ropa “en tendencia”, durante lapsos breves. Así, se sigue este modelo de producción donde se fabrican prendas con materiales de baja calidad para asegurar un precio barato, por lo que incluso podríamos hablar de ropa prácticamente desechable. Además, su velocidad de manufactura repercute en su escasa durabilidad.
Actualmente, la industria de la moda, bajo esta lógica, produce decenas de colecciones de ropa al año, en contraste con el viejo modelo de colección primavera/verano y otoño/invierno. Para cumplir con los plazos que la fast fashion ha impuesto, la producción de las prendas se realiza en países que tienen condiciones laborales precarias, generalmente en el sur de Asia, como pueden ser: Bangladesh, India, Camboya, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y China, denuncia Greenpeace México.
Las pésimas condiciones de trabajo, incluido un salario mísero, representan un problema ético y un claro ejemplo de explotación, así como un atentado a los derechos humanos, en los que se encuentra también la explotación laboral infantil y el trabajo forzado. El consumismo es uno de los mayores responsables de la proliferación de este tipo de prácticas. Una de las consecuencias de esto es la producción en masa, en contraste con el tiempo de utilización de la ropa, que es muy corto.