Actualmente los expertos de salud se encuentran preocupados por el aumento de los casos de cáncer del pulmón en el mundo, pues en el 2020, se estimó una incidencia de más de 2 millones de casos de cáncer de pulmón en el mundo y alrededor de 1.8 millones de muertes por esta causa. En México ese mismo año se registraron 7 mil 811 casos nuevos y 6 mil 733 muertes por cáncer de pulmón.
Los factores de riesgo, además de fumar, son la exposición al humo de otras personas (fumador pasivo), el radón, antecedentes familiares de cáncer de pulmón, el asbesto y la contaminación del aire.
Este último dato es sin lugar a dudas uno de los más preocupantes, pues cada vez más personas desarrollan cáncer de pulmón sin haber fumado nunca, por lo que serían víctima de la mala calidad del aire.
Este caso ha sido retomado por la revista científica Nature, en un artículo publicado el miércoles pasado: “Air pollution’s role in the promotion of lung cancer”.
No fumadores pueden desarrollar cáncer de pulmón debido a la mala calidad del aire
En él se muestra su nuevo estudio en el que se apunta a uno de los culpables de estos nuevos casos de cáncer de pulmón: las pequeñas partículas suspendidas en el aire contaminado.
Este análisis muestra una relación entre la contaminación del aire y la incidencia de cáncer de pulmón en personas sanas que ya portaban mutaciones que predisponen a la enfermedad, como la EGFR, la cual es una proteína que se encuentra en la superficie de algunas células y que se une al factor de crecimiento epidérmico.
El trabajo ha analizado los niveles de partículas de 2.5 micras (PM 2.5) en el aire y la incidencia de cáncer de pulmón en 33 mil no fumadores distribuidos en Reino Unido, Canadá, Corea del Sur y Taiwán.
Los resultados muestran que las partículas finas suspendidas en el aire actúan como un agente promotor del cáncer en personas con mutaciones predisponentes, lo que demuestra un nuevo paradigma de cómo aparece el cáncer.
Se ha demostrado que las partículas finas pueden provocar inflamación en el sistema respiratorio de ratones. Este proceso inflamatorio puede desencadenar la aparición de tumores de pulmón en individuos que poseen mutaciones genéticas que los predisponen al cáncer, como EGFR y KRAS.
Anteriormente se sabía que los agentes cancerígenos en el medio ambiente producían daño en el ADN y que esa agresión genética era la que promovía el desarrollo de tumores, sin embargo con este estudio se demuestra que las partículas finas suspendidas en el aire actúan de forma diferente.
Ahora se sabe que solamente bastan tres años respirando aire contaminado para que la incidencia del cáncer de pulmón en no fumadores se incremente, y el 96 por ciento de la población urbana de México está expuesta a niveles de partículas PM 2.5 que superan los recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Hay que destacar que se sabe que el ozono es un antioxidante que además de provocar dolor de cabeza e irritación de ojos y garganta reduce la capacidad respiratoria, causa inflamación y daña las paredes celulares de los pulmones.