El Papa Francisco asistió al Capitolio para reunirse con el alcalde de la ciudad de Roma, Roberto Gualtieri, haciendo su ingreso en el Tabularium realizando una parada en el primer arco de donde se observa el Foro romano.
El Obispo de Roma habló de lo que será el próximo año con el Jubileo, donde la ciudad se está preparando para recibir a miles de peregrinos.
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“El próximo Jubileo también puede repercutir positivamente en la propia fisonomía de la ciudad, mejorando su decoro y haciendo más eficaces los servicios públicos, no sólo en el centro, sino también acercando el centro a las periferias”.
Francisco habló de Roma que tiene la “vocación universal”, así como la relación recíproca que existe entre Italia y la Santa Sede definiendo que “son relaciones humanas”.
Muchas veces la mezquindad puede llevarnos a pensar que las relaciones son dinero: no, esto es secundario. Son las relaciones humanas entre autoridades.
El Santo Padre destacó el “espíritu universal” de Roma
“Roma es una ciudad con un espíritu universal. Este espíritu quiere estar al servicio de la caridad, al servicio de la acogida y de la hospitalidad. Peregrinos, turistas, inmigrantes, quienes se encuentran en graves dificultades, los más pobres, las personas solitarias, los enfermos, los presos, los excluidos son los testigos más fieles de este espíritu.
“Que Roma siga dando su rostro, un rostro acogedor, hospitalario, generoso y noble”
Al final del recibimiento, el Papa Francisco estuvo en la Logia central del Palacio Senatorial donde rezó un Ave María con las personas que se encontraban en la plaza diseñada por Miguel Ángel.