Este domingo 17 de agosto, la Bandera Nacional de Guatemala, cumple 154 años desde su creación. La Bandera Nacional, es el símbolo patrio que inspira el sentimiento de patriotismo y respeto hacia nuestro país, y nos representa ante el mundo.
La Bandera Nacional, como la conocemos hoy, fue creada en 1871, durante el gobierno del general Miguel García Granados. En ese momento se estableció, que sus colores fueran azul-celeste y blanco; y a partir de 1961 se celebra cada 17 de agosto el Día de la Bandera.

A lo largo de la historia de Guatemala se ha ido modificando la bandera hasta llegar al diseño actual.
El Congreso de la República, a través del Decreto Número 104-97, establece que la Bandera de Guatemala es la insignia suprema de la Patria.
Sus colores son el azul y blanco dispuestos en tres franjas verticales del mismo ancho; el color azul a los extremos y el blanco en el centro. El Escudo de Armas es Símbolo Nacional y su significado representa la justicia y soberanía, la victoria, la inmortalidad de la libertad.

De acuerdo con dicho Decreto, el color blanco representa pureza, paz, integridad, firmeza y luz; el azul expresa fortaleza, justicia, verdad y lealtad. En cuanto al Escudo de Armas el significado es, la espada simboliza justicia y soberanía; las ramas de laurel, victoria; el pergamino, inmortalidad de la fecha del nacimiento de la Patria y el Quetzal es símbolo supremo de libertad.
La misma normativa establece que todos los establecimientos que albergan oficinas del Estado, de instituciones autónomas o descentralizadas, así como establecimientos del sistema educativo nacional, deberán mantener todos los días, izada la bandera de Guatemala.
Jura a la bandera
Para valorizar nuestra bandera como parte de los símbolos patrios, el quetzalteco Alberto Velásquez Günther escribió el juramento a la bandera, con el objetivo de inculcar a los niños, desde la temprana edad, el sentimiento de patriotismo y respeto hacia Guatemala.
“Bandera nuestra, a ti juramos devoción perdurable,
lealtad perenne, honor, sacrificio y esperanza
hasta la hora de nuestra muerte.
En nombre de la sangre y de la tierra,
juramos mantener tu excelsitud
sobre todas las cosas;
en los prósperos días, y en los días adversos,
velar y aun morir,
porque ondees perpetuamente
sobre una patria digna”.

