El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saludó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson en Anchorage, Alaska.
El presidente ruso caminó hacia Trump por una alfombra roja y ambos dirigentes se dieron un apretón de manos. Vladímir Putin dijo unas palabras a su anfitrión.

El mandatario ruso se unió al presidente Trump en su limusina presidencial para salir de la pista rumbo a su reunión. La decisión es inusual, especialmente para un adversario político. Es un indicio de que Trump y Putin aún tendrán un momento a solas brevemente en el auto.
Los presidentes dieron inicio a su reunión bilateral. Este encuentro, el primero entre ambos desde que Trump regresó a la presidencia, tiene como objetivo principal encontrar una solución a la guerra en Ucrania.

La elección de Alaska como sede resalta su importancia histórica y geográfica como punto intermedio entre Estados Unidos y Rusia. La cumbre, que inicialmente se había planteado como una reunión a solas, ha evolucionado para incluir a asesores clave de ambos líderes, como el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
Si bien Trump ha manifestado su intención de mediar por la paz y ha advertido a Rusia de “graves consecuencias” si no se llega a un acuerdo, las expectativas son cautelosas. El propio Trump ha calificado el encuentro como una “reunión de tanteo”, con solo un 25% de probabilidades de éxito total.

Al llegar a la cumbre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, no respondió si aceptaría un alto el fuego cuando los periodistas le gritaron preguntas a él y al presidente estadounidense, Donald Trump, en el aeropuerto, de acuerdo con CNN.
Al preguntársele si “dejaría de matar civiles”, Putin pareció gesticular que no podía oír la pregunta.
La reunión ha generado escepticismo en Europa y Ucrania, donde se teme un acuerdo que pueda favorecer a Rusia, mientras que para Putin representa una victoria diplomática, ya que rompe el aislamiento internacional que había enfrentado.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente Trump ha enfrentado dificultades para cumplir su promesa de campaña de poner fin al conflicto en Ucrania de manera rápida. La promesa, hecha en 2024, de que resolvería la guerra en cuestión de días, ha afectado sus esfuerzos diplomáticos. Ahora, su estrategia se ha caracterizado por una aparente frustración tanto con los ucranianos como con los rusos.
El presidente Trump ha dedicado esta semana a bajar las expectativas de la reunión, en lo que podría ser una admisión implícita de que las posibilidades de un avance real son limitadas sin la participación directa de Ucrania. Esta estrategia sugiere que Trump está ajustando sus promesas iniciales de una solución rápida ante la complejidad de la situación.
Por otra parte, Zelenski y los líderes europeos hablaron con el mandatario estadounidense el miércoles para asegurarse de que no llegara a un acuerdo con Putin que Ucrania no aceptará, o no pueda aceptar.
Con información de la agencia de noticias: AFP

