Dentro del desierto del Sahara —el más cálido y grande del mundo— yace una “curiosa” formación geológica que a la fecha sigue siendo un misterio para los especialistas. Su nombre oficial es Estructura de Richat pero se le conoce como el Ojo del Sahara por la peculiar forma que únicamente se puede visualizar desde el espacio.
Las grandes incógnitas que giran a su alrededor es saber cómo se originó y de qué está compuesto para brindar esos alucinante colores. Esta belleza del clima árido tiene un diámetro aproximado de 50 mil metros, está ubicada al noreste de Mauritania —en el extremo occidental de África— y sus enormes círculos concéntricos —o sea que comparten el mismo centro— es de la poca información certera que se tiene al respecto de éste fenómeno estructural.
¿Cómo se formó?
El Ojo del Sahara mira al espacio exterior como un enorme ojo, y su formación geológica ha despertado bastantes teorías entre la comunidad científica e incluso los fanáticos de la rama. Algunos piensan que su origen yace en la impactante y violenta colisión de un asteroide gigantesco, otros más apuntan a un domo que erosionó con la fuerza del viento y el pasar de los años… pero entre las hipótesis más extremas que se han revelado es que la anomalía sobre la corteza terrestre fue el resultado de una antigua ciudad perdida o incluso de una monumental estructura alienígena. Sin embargo y debido a la falta de evidencia contundente, se pasaron éstas y otras especulaciones al terreno de la palabrería pseudocientífica.
Sabemos de su existencia desde la década de los 60, cuando los astronautas de la expedición Géminis de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) partieron en una misión durante un segundo programa de los Estados Unidos que tenía el objetivo de ganar la carrera espacial con la Unión Soviética. En ese entonces todavía se pensaba que este la Estructura de Richat había sido producto del impacto de un asteroide colosal contra la Tierra. Sin embargo, ahora podemos plantear con seguridad dos hipótesis tangibles de su origen. Los especialistas creen que la característica geológica circular fue causada por un domo levantado. Los geólogos lo clasificaron como un anticlinal abovedado, lo que en términos concisos vendría siendo un pliegue de la corteza terrestre que presenta los estratos —capas terrestres— más antiguos en su núcleo.
La peculiar forma pudo haber sido resultado de una erosión que expuso estas capas de roca que originalmente eran planas, al menos así lo explicó y documento la misma agencia especial estadounidense.
¿Qué edad tiene?
De acuerdo con el muestre sedimentario que se ha hecho en la zona, todo indica que el Ojo del Sahara se formó hace aproximadamente 542 millones de años. O sea que su origen data del Proterozoico tardío, cuando la mayor parte de los centros continentales se habían formado e inició el proceso tectónico de las placas. Asimismo, los organismos de ese entonces ya respiraban oxígeno gracias al proceso de la fotosíntesis que realizaron los estromatolitos. Nuestra atmósfera lentamente se completaba y absorbía los minerales. Fue una época crucial para los avances evolutivos, pues los multicelulares se transformaban para llegar a la superficie y finalmente prosperaron formas de vida que antes no podían salir del mar.
En la documentación del IFL Science, también se explicó que todo este proceso dio pie a la ejecución del plegamiento. Este transformación implica que las fuerzas tectónicas aprieten a la roca sedimentariay que por ende haya nacido nuestra curiosa formación geológica. Es así que la Estructura de Richat existió —en un principio— como un anticlinal simétrico, lo que significa el desarrollo de los pliegues irregulares de la corteza que tanto resaltan en el Ojo del Sahara con su única y auténtica forma de círculo.
¿Y sus alucinantes colores de dónde vienen?
Ya te hemos explicado la parte más complicada, que es la formación de la Estructura de Richat. Vayamos con la parte más sencilla que son los alucinantes colores que lo diferencian de cualquier otra estructura geológica. El Ojo del Sahara ha pasado por un sin fin de estudios en diversas ramas de la ciencia, uno de ellos —publicado en el 2014— reveló que este no fue producto de la tectónica de las placas, sino de la presencia de roca volcánica y fundida que empujo hacia la superficie la cúpula del material. El Jornal of American Earth Sciences aseguró que antes de ser erosionada, se formaron los distinguibles anillosque hoy podemos apreciar.
Y de hecho, por la antigüedad de este mismo círculo, podría haber sido producto de la separación de Pangea —el super continente que dio origen a la actual distribución de la Tierra—. Por otra parte, si nos enfocamos a los patrones coloridos que se pueden visualizar desde el espacio exterior, los investigadorescoincidieron en que tienen relación con los tipos de roca que al pasar de los años han emergido de la erosión.
Entre estos ejemplares han destacado la riolita —una volcánica de color gris a rojizo con una textura degranos finos— y rocas gabro con cristalinas gruesas —en las que predominan los colores oscuros como negro y verde— que han sufrido alteración hidrotermal, o sea que el agua a alta temperatura —con minerales clave— cambiaron la composición de la roca. Es por todo este conjunto que el Ojo del Sahara no tenga un “iris” uniforme, lo que lo hace aún más especial. Y es que la naturaleza siempre nos sorprende con estructuras como ésta, las cuáles irónicamente son un deleite para la conciencia humana. Nos debemos a la comprensión y explicación de cada uno de estos elementos. Nuestro deber en sí, es visibilizar su existencia y transmitir el conocimiento.
