El ejercicio tiene muchos beneficios y aunque usualmente se hablan de aquellos físicos que todo el mundo ve como una figura torneada e incluso marcada, esto solo es una pequeña parte de lo que puede hacer por nuestra salud y la razón de ello es que el mantenerse activo se promueve una mejor función de nuestro organismo hasta el punto de aumentar la longevidad. Todo esto gracias a los efectos positivos que genera y uno de los mejores ejemplos es el que se tiene en la flora intestinal.
El Instituto Nacional del Cáncer define a la microbiota como una “bacteria u otros organismos que viven dentro de los intestinos. Ayudan a digerir las comidas. Las vitaminas como el biotín y la vitamina K se elaboran en la flora intestinal”.
Se sabe que evitar una vida sedentaria y promover el ejercicio ayuda a mejorar la salud de la flora intestinal o también conocida como microbiota y por lo tanto de nuestro intestino, de ahí su relevancia para todo el cuerpo. Entre la larga lista de beneficios que se consiguen aún si solo se implementa una caminata al día o por el contrario se realiza el entrenamiento más completo de fuerza y resistencia, destaca una mejora en la digestión al prevenir problemas de indigestión o estreñimiento.
Flora intestinal: 3 beneficios que da el ejercicio
Claro que lo anterior no lo es lo único por lo que resalta, pero sí de los aspectos más importantes que todos tienen que conocer sobre ella para así cuidarla y evitar problemas de salud a largo plazo. Según explicó la Facultad de Medicina de la UNAM, esta se puede alterar cuando se tiene una mala alimentación, se siguen malos hábitos en el estilo de vida e incluso a causa de algunos medicamentos; sin embargo, todos los daños se pueden controlar por medio del ejercicio. Evitar todo lo anterior también puede ayudar a:
- Defender al organismo de bacterias y virus
- Regular el correcto funcionamiento del sistema digestivo
- Producir y absorber minerales
Mejora la digestión
De acuerdo con los expertos de la máxima casa de estudios, el olvidarse de una vida sedentaria y en su lugar implementar todo tipo de ejercicios que pueden ir desde una simple caminata, ideales para personas con afecciones de salud, hasta correr, trotar o nadar tan solo por mencionar algunos ejemplos, pueden ayudar de forma significativa a la flora intestinal hasta el punto de ver los beneficios en la digestión.
Y es que se sabe que al hacer cualquier tipo de ejercicio “se estimula nuestro tubo digestivo y se producen movimientos peristáticos que ayudan a una adecuada renovación”, algo que sin duda puede ayudar a combatir los problemas más comunes de la digestión y que se manifiestan con síntomas como el estreñimiento, la hinchazón, dolor, presencia de gases y acidez; sin embargo, no se debe de olvidar que otros cuidados desde casa como una correcta alimentación son indispensables y que si se toma algún tratamiento médico, estas molestias pueden tratarse de efectos secundarios.
¡Olvídate de los malestares por comer grasas!
Seguramente alguna vez te ha pasado que luego de comer exceso de grasas viene el malestar estomacal por problemas como náuseas, dolor, hinchazón y hasta diarrea, esto ocurre por una mala flora intestinal, ya que son precisamente estas sustancias grasosas las que requieren de más tiempo para poder digerirse y al no hacer actividad física la problemática aumenta aún más.
Es por ello que tanto la Facultad de Medicina de la UNAM como el resto de expertos en salud recomiendan mantenerse activos sin importar la edad y en este caso en particular, esto ayuda a que el oxígeno llegue la intestino, donde “se modifica y también favorece la combinación de algunos ácidos biliares que ayudan al organismo a digerir las grasas“.
Mejora la alimentación
Finalmente, uno de los beneficios de los que poco se hablan, pero que siempre está acompañado del hacer ejercicio para cuidar la salud, es que las personas comienzan a procurar cuidar mejor su alimentación o empezar a tener dietas sanas y saludables, algo que sin duda termina por ayudar a cuidar la flora intestinal y con ello notar cambios favorables en el organismo como los antes mencionados.
Por supuesto, esta última parte requiere de la valoración de un profesional de la salud que ayude a determinar los nutrientes y porciones que una persona necesita según la actividad física que realice y otros hábitos de su vida diaria. Por otro lado, quienes tienen enfermedades como diabetes o hipertensión, entre muchas otras más, tendrán un mejor seguimiento para evitar complicaciones.