GUATEMALA. El gobierno guatemalteco ha desplegado un mayor número de militares en su frontera con México, como estrategia de contención de migrantes y con el fin de reforzar la seguridad, tras detenciones de personas relacionadas con el crimen organizado.
Soldados tomaron los puertos fronterizos Talismán-El Carmen y Ciudad Hidalgo-Tecún Umán, por donde atraviesa como línea el río Suchiate y da paso a trasiego de mercancías y tráfico de personas.
Los uniformados llegaron a bordo de vehículos equipados con armas de alto poder y blindados para tareas de protección ciudadana en caso de emergencias internacionales.
Del 11 al 17 de julio detuvieron a dos en Tapachula, buscados por actividades relacionadas con narcotráfico.
Ambos implicados fueron llevados por cuerpos de seguridad mexicanos a la frontera Talismán, en el municipio de Tuxtla Chico, en Chiapas, para ser entregados a unidades militares que están en esa franja.
Luego, por carretera, los trasladaron a Quetzaltenango, para ser ascendidos a un vuelo militar y llevarlos a la capital del país centroamericano.
En la misma semana, un sujeto, también buscado por autoridades guatemaltecas, fue arrestado en el poblado Tecún Umán, colindante con Chiapas.
Los tres detenidos mantienen una orden de extradición hacia EU para ser juzgados.
Este mismo fin de semana, México movilizó a miembros de la Guardia Nacional y agentes migratorios para reforzar la vigilancia por flujos de personas que buscan ingresar de manera ilegal.
El Ejército de Guatemala mantiene activos puntos de revisión y constantes operativos, para dar con extranjeros en ruta por su país.
La militarización en la frontera sur llega en medio de un enérgico estado de excepción en El Salvador, producto del combate a las pandillas, que ha provocado el temor de una salida de estos delincuentes.