El presidente electo, Bernardo Arévalo, insistió este viernes 20 de octubre en que renuncie la cuestionada fiscal general Consuelo Porras, en el acto de conmemoración de la revolución de 1944, liderada por su padre.
“A la fiscal le hemos pedido que renuncie y se lo seguiremos pidiendo”, dijo Arévalo, cuyo partido, Semilla, ha sido blanco de una cruzada de la fiscalía luego de LA DENUNCIA QUE EL MISMO AREVALO INTERPUSO POR FIRMAS FALSAS EN LA CONSTITUCION DEL PARTIDO, lo que ha generado incertidumbre en el país.
Desde hace casi tres semanas hay bloqueos de rutas para exigir la salida de Porras, del fiscal Rafael Curruchiche y del juez Fredy Orellana, luego de que estos ordenaron allanar la sede del Tribunal Supremo Electoral (TSE) alegando presuntas anomalías en las elecciones disputadas en primera y segunda ronda, en junio y agosto.
Arévalo, sociólogo de 65 años, los acusa de liderar un “golpe de Estado en curso” por el temor de las élites del poder a su promesa de lucha contra la corrupción. Los tres funcionarios fueron incluidos por Estados Unidos en una lista de “corruptos” y “antidemocráticos”.
Arévalo afirmó que la fiscalía “es la herramienta de los corruptos que se niegan a aceptar el veredicto del pueblo de Guatemala, que ya se dio en las urnas”.
Asimismo, fustigó al presidente saliente, Alejandro Giammattei, afirmando que no tiene “la más mínima intención de buscar algún arreglo” que facilite su llegada al poder, el 14 de enero.
Arévalo fue el orador central en el acto por la Revolución del 20 de octubre de 1944, que dio inicio a la “primavera democrática” liderada por su padre, el presidente Juan José Arévalo (1945-1951), y continuada por su sucesor, Jocobo Árbenz, hasta su derrocamiento en 1954.
Simbólicamente, junto a Arévalo estaba en el estrado un hijo del mandatario derrocado, también llamado Jacobo Árbenz, de 76 años.
Durante la década de la “primavera democrática” se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, se dio autonomía a la estatal Universidad de San Carlos y las municipalidades, y se permitió votar a mujeres y analfabetos.
En su discurso, Arévalo hizo un símil entre la Revolución de 1944, que marcó el fin de décadas de dictaduras, y el momento actual.
“Hoy nos encontramos en un momento similar”, dijo. “Estamos, al igual que entonces, en un momento de unidad y de consenso en contra de la tiranía”, agregó, al prometer “una nueva primavera”.
El binomio presidencial electo, recordó que la juventud se convirtió en el símbolo de la lucha y la democracia, como lo siguen haciendo.
El presidente electo, Bernardo Arévalo y la vicepresidenta electa, Karin Herrera, acudieron este viernes 20 de octubre al centro cívico, lugar en el que se concentran miles de guatemaltecos miembros de distintas organizaciones y sindicatos del país, para conmemorar el 79 aniversario de la Revolución de 1944.
“Hace 79 años nuestros padres y abuelos escucharon los cañonazos que anunciaban el fin del autoritarismo”, manifestó el presidente electo al dirigirse a los guatemaltecos concentrados en el Centro Cívico, agregó que los momentos revolucionarios son así: con temor e incertidumbre, como el momento actual en que se encuentra la ciudadanía.
En 1944 Guatemala se encontraba ante una dictadura, hoy ante una tiranía de corruptos, expresó Arévalo, quien también se refirió a las manifestaciones y bloqueos de las últimas tres semanas, en las que muchos han visto afectados sus interésese, pero que ha permitido la unidad entre los guatemaltecos y se ha permitido armar coaliciones para derrotar a los corruptos.
“Hoy estamos al final de esa canícula, sintiendo la frescura del viento que nos anuncia una nueva era de prosperidad, una nueva primavera”, manifestó Arévalo.
Arévalo indicó que la Revolución de 1944 permitió a Guatemala escoger un camino hacia la democracia y librarse de la tiranía y empezar a construir instituciones democráticas y de justicia para la sociedad, “Se dio una primavera con un Estado al servicio del bien común. Es un ejemplo de beneficio colectivo, que nosotros vamos a seguir y que deberían de seguir después todos los gobiernos de Guatemala.”, manifestó Arévalo.
La vicepresidenta electa, Karin Herrera, indicó que en ese entonces la juventud se convirtió en el símbolo de la lucha y la democracia, impulsados por el anheló de vivir mejor, como lo siguen haciendo.
El binomio recordó que fueron los mismos jóvenes los que en el pasado proceso electoral también contagiaron con su sueño y anhelo de esperanza a otros guatemaltecos por votar por el binomio de Semilla.
“El sueño y el anhelo de vivir mejor, no lo debemos dejar atrás”, manifestó Herrera.
Este día durante la conmemoración de la Revolución se realizan distintas marchas desde distintos puntos de la capital, que buscan llegar al Centro Histórico, algunas provienen de la ruta al Atlántico con dirección a calle Martí; puente El Trébol, con dirección a la avenida Bolívar y la del Centro Cívico con dirección al Paseo de la Sexta.
Vía AFP