En el verano el río Hudson se llena de personajes, historias y emociones que solo pueden producirse bajo la magia del cine.
Por eso, uno de los planes más buscados por locales y turistas en recorrer este río mientras se disfruta de una buena película al aire libre.

Mientras disfruta de una buena película, usted podrá contemplar el perfil de Manhattan en un plan que será totalmente inolvidable.
¿Cómo nace el concepto del cine flotante?
La idea de aprovechar cada vez más los espacios naturales dio origen a esta innovadora idea de entretenimiento que combina el entorno natural con la vida urbana de Nueva York.
En lugar de las habituales salas cerradas, las proyecciones tienen lugar sobre plataformas acondicionadas directamente en el cauce del río.
Los asistentes pueden acceder a estas estructuras seguras y disfrutar de la película en un escenario único, donde el movimiento del agua y el paisaje fluvial aportan una experiencia envolvente.

Las plataformas flotantes se trasladan y aseguran en puntos estratégicos del río, escogidos tanto por su fácil acceso como por las panorámicas que brindan. En cada espacio, los organizadores montan pantallas de gran formato y equipos de sonido de alta fidelidad, garantizando una proyección nítida pese al entorno al aire libre.
Para completar la experiencia, se acondicionan áreas de descanso y espacios de pícnic, de modo que los asistentes puedan disfrutar de una velada completa a orillas del agua.
Además, cuenta con una variada programación de películas que va desde clásicos del cine, hasta los estrenos más recientes.

Una actividad para todas las edades
La idea es atraer el público de todas las edades y preferencias y hacer de este plan un momento especial para quien ame el cine y quiera disfrutar de una buena película, rodeada de la naturaleza de uno de los lugares más icónicos de Estados Unidos.
La iniciativa, ha ido ganando popularidad en los últimos años, se dirige a un público amplio.
Familias, grupos de amigos y turistas encuentran en el cine flotante una opción que trasciende la simple exhibición de películas.
La experiencia se hace aún más emocionante cuando se puede observar el atardecer sobre el Hudson, con el horizonte de Manhattan iluminándose progresivamente, a medida que avanza la noche.
Este marco convierte cada función en un evento único, donde el entorno natural y la arquitectura urbana dialogan en armonía.
El cine flotante también ha tenido un impacto positivo en la vida cultural y turística de la ciudad.
Durante los meses de verano, la afluencia de público a estas proyecciones contribuye a darle vida a la ribera del Hudson, generando actividad económica en los comercios y restaurantes cercanos.

