Lo que debía ser un vuelo rutinario entre Hangzhou y Seúl terminó en una escena de terror para los pasajeros del vuelo CA139 de Air China, luego de que una batería de litio explotara dentro de la cabina, desatando llamas, humo y pánico a bordo. El incidente ocurrió el sábado 18 de octubre y posteriormente se volvió viral en redes sociales, donde se compartieron imágenes del hecho.
Según los reportes, todo comenzó cerca de las 9:45 de la mañana cuando el Airbus A321despegó desde el aeropuerto de Xiaoshan, con más de 160 personas a bordo. La ruta, que debía cubrirse en poco menos de dos horas, transcurría sin sobresaltos hasta que un pasajero escuchó una detonación proveniente del compartimento superior. En segundos, una densa columna de humo comenzó a salir del portaequipaje, seguida de gritos y confusión entre los viajeros.

Algunos grabaron el momento con sus celulares, mientras los asistentes de vuelo corrían con extintores intentando sofocar el fuego. La tripulación logró mantener el control de la situación y siguiendo el protocolo de emergencia el piloto desvió la aeronave hacia Shanghái, donde aterrizó de forma segura alrededor de las 11:00 horas.
Aunque no se registraron heridos graves, el susto causó estrés entre los pasajeros. AirChina confirmó el incidente a través de redes sociales y destacó la rápida reacción de su personal, que impidió que las llamas se extendieran por la cabina.

¿Por qué ocurrió el accidente?
Las baterías de litio están presentes en casi todos los dispositivos electrónicos, desde teléfonos móviles, relojes inteligentes, laptops, cámaras, patinetas eléctricas y hasta automóviles. Su popularidad radica en su alta capacidad para almacenar energía, lo que las hace ligeras, potentes y duraderas.
Estas baterías están formadas por pequeñas celdas químicas que almacenan y liberan energía mediante reacciones controladas entre materiales altamente reactivos. Cuando algo altera ese equilibrio, una sobrecarga eléctrica, un golpe físico, una falla de fabricación o una temperatura excesiva, se puede generar una reacción en cadena conocida como “fuga térmica”. En ese punto, la batería se calienta sin control hasta liberar gases inflamables y en algunos casos explotar.
El peligro se multiplica en entornos cerrados como una cabina de avión, donde el oxígeno limitado y el espacio reducido pueden transformar un pequeño incendio en una catástrofe. Los gases que emiten las baterías durante una explosión, entre ellos fluoruro de hidrógeno y monóxido de carbono, son tóxicos y difíciles de disipar, lo que convierte cualquier chispa en una amenaza seria para la salud de los pasajeros.
No es el primer accidente por baterías de litio
Aunque muchos pasajeros desconocen el riesgo, las baterías de litio han estado detrás de decenas de incidentes aéreos en los últimos años. Informes de la Administración Federal de Aviación (FAA) revelan que desde 2006 se han registrado más de 400 casos de sobrecalentamiento o incendios provocados por dispositivos electrónicos durante vuelos comerciales. En la mayoría de los casos, las llamas se originan en objetos aparentemente inofensivos: un teléfono olvidado entre los asientos, una laptop en modo de carga o un cargador portátil en el equipaje.

Las aerolíneas han endurecido las normas, está prohibido documentar baterías sueltas o equipos con baterías de repuesto, y se limita su capacidad a 100 vatios-hora por celda dentro de la cabina. Sin embargo, el cumplimiento de estas reglas depende del comportamiento de los viajeros, muchos de los cuales desconocen que incluso un dispositivo apagado puede sobrecalentarse si queda presionado o atrapado entre objetos.
Después del incidente, las autoridades chinas de aviación civil abrieron una investigación para determinar las causas exactas del sobrecalentamiento. Mientras tanto, Air China anunció que reforzará sus procedimientos de revisión en los puntos de abordaje y actualizará su capacitación de tripulación para el manejo de incendios por baterías de litio.

