Una intensa tormenta de nieve desatada en el Monte Everest provocó que cerca de 1,000 personas se vieron afectadas por las extremas condiciones meteorológicas, incluyendo fuertes vientos, bajas temperaturas y una intensa nevada que cayó sobre la región en los últimos días.
Todas las personas quedaron atoradas en el trayecto de ascenso o descenso, y aunque al momento, la mayoría han logrado ser rescatadas, aproximadamente 200 personas continúan atrapadas este domingo, sin poder descender, en una de las zonas más peligrosas del Himalaya.
De acuerdo con relatos de testigos y equipos de rescate, la tormenta sorprendió a los alpinistas en plena ruta, muchos de ellos a altitudes superiores a los 5,000 metros.
“Muchas tiendas de campaña han sido destruidas, el campamento base está cubierto por más de un metro de nieve y los caminos para descender han quedado completamente bloqueados”, relató uno de los testigos presentes en la montaña.
La temporada de escalada en el Everest, que usualmente se concentra en los meses de abril y mayo, ya estaba bajo presión por el número récord de permisos emitidos este año, con cientos de personas intentando alcanzar la cima, el mal tiempo ha empeorado una situación que ya era compleja.
La gran cantidad de alpinistas, tanto profesionales como turistas con poca experiencia, ha contribuido al colapso de las rutas de ascenso y descenso.
Trabajos de rescate
Equipos de rescate de Nepal, junto con apoyo internacional, se encuentran trabajando sin descanso para localizar y evacuar a quienes siguen atrapados. Las autoridades han advertido que la prioridad es asegurar la vida de los alpinistas, aunque reconocen que las condiciones meteorológicas podrían empeorar en las próximas horas.
El impacto del temporal no se limita solo al Everest. Nepal y el noroeste de India también están enfrentando una severa crisis climática, donde las lluvias torrenciales, combinadas con tormentas eléctricas y deslizamientos de tierra, han cobrado la vida de al menos 60 personas.
Las autoridades locales reportan numerosos damnificados, viviendas destruidas y caminos intransitables. Muchas comunidades han quedado completamente aisladas, lo que ha dificultado las labores de rescate y ha obligado a que las evacuaciones y asistencia se realicen exclusivamente por vía aérea, debido al colapso de las carreteras por los deslaves.
