La administración Trump informó al Congreso que Estados Unidos está involucrado en un “conflicto armado no internacional” con los carteles de la droga.
Trump determinó que Estados Unidos “está en un conflicto con estas organizaciones terroristas designadas”, según el aviso, que fue enviado a los comités de seguridad nacional del Congreso y obtenido por The Hill.

“El Presidente ordenó al Departamento de Guerra que realizara operaciones contra ellos conforme al derecho de los conflictos armados”, añade el aviso, en referencia al nuevo nombre preferido por Trump para el Departamento de Defensa.
“Estados Unidos ha llegado a un punto crítico en el que debemos usar la fuerza en defensa propia y de terceros contra los continuos ataques de estas organizaciones terroristas designadas”, dice el aviso.

El primer medio de comunicación en informar fue el NY Times, el cual se produce después de que el Pentágono, en cabeza de Pete Hegseth, realizara una serie de ataques de precisión contra embarcaciones que según la administración Trump, hacen parte de la estrategia de los carteles para ingresar drogas a Estados Unidos.
Los demócratas insisten en que Trump debe solicitar una autorización especial al Congreso para otorgarle el poder que lleva a Estados Unidos a una guerra directa con los narcotraficantes y con los grupos armados ilegales, para llevar a cabo los ataques que se han realizado hasta el momento.

Hasta el momento, el aviso no menciona ninguno de los carteles que hasta ahora se consideran como organizaciones terroristas, el departamento de Guerra tampoco ha informado sobre cuál es el listado de estos carteles, lo que deja en blanco la posibilidad de que el cartel de los soles, vinculado a Maduro, sea uno de ellos.
Los cárteles involucrados en el narcotráfico se han vuelto a lo largo de las últimas décadas “más armados, mejor organizados y violentos” y “causan directa e ilegalmente la muerte de decenas de miles de ciudadanos estadounidenses cada año”, estima el Pentágono en esta carta revelada inicialmente por el New York Times.

Washington ha acusado al dictador venezolano Nicolás Maduro y a su gabinete de liderar una vasta organización de tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Caracas rechaza vigorosamente estas acusaciones y, en respuesta al despliegue estadounidense, considerado como una “amenaza militar”, lanzó ejercicios militares y la movilización de reservistas y milicias.

El ministro de Defensa venezolano también denunció el jueves el sobrevuelo de cinco aviones de combate estadounidenses cerca de las costas del país.
Régimen de Maduro denuncia “aproximación” de aviones militares de Estados Unidos a Venezuela
De acuerdo con la dictadura, cinco cazas estadounidenses están cerca de las fronteras venezolanas.
Venezuela denunció este jueves, 2 de octubre, que cazas estadounidenses “se han atrevido a acercarse” a costas del país, en medio de la crisis por el despliegue militar que Washington hizo en el Caribe para operaciones contra el narcotráfico.
En declaraciones en la televisión estatal, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, dijo que el sistema de defensa aéreo venezolano “detectó más de cinco vectores”, que definió como “aviones de combate”.

Estados Unidos movilizó hace casi un mes diez aviones F-35 a Puerto Rico, como parte de estas maniobras, que incluyen igualmente el despliegue de ocho buques de guerra.
El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, ha tachado este operativo de “asedio” y “amenaza” para su país. “El imperialismo norteamericano se ha atrevido a acercarse a las costas venezolanas”, afirmó Padrino. “Los estamos viendo. No nos intimida la presencia de estos vectores […]. Denuncio ante el mundo esta situación que no deja de ser una provocación, pero también una amenaza a nuestra seguridad nacional”, dijo.
El ministro no precisó la localización de los cazas estadounidenses, pero señaló que pilotos de líneas aéreas comerciales los avistaron. Estados Unidos ha destruido cuatro lanchas de presuntos narcotraficantes frente a las costas venezolanas en las últimas semanas.
Caracas cree que Donald Trump está utilizando el narcotráfico como pretexto para derrocar a Maduro y apoderarse de las mayores reservas de petróleo del mundo.

Maduro respondió con la movilización de milicias y ejercicios militares, como el del 20 de septiembre en La Orchila, en el norte del país. Movilizó buques de guerra, helicópteros, aviones caza y de transporte y vehículos anfibios con 2.500 efectivos. También realizó simulacros para emergencias y jornadas de entrenamiento para los alistados en la Milicia Bolivariana, un cuerpo castrense compuesto por civiles.
El dictador ha dicho, además, que tiene listo un decreto para declarar un estado de conmoción exterior, una medida excepcional para conflictos armados que amplía sus poderes. Su alcance no está claro. Nunca se ha aplicado antes y podría llevar a la suspensión de ciertas garantías constitucionales.

Maduro adelantó, además, por decreto, el inicio de la Navidad para el primero de octubre para defender “el derecho a la felicidad”. Lo mismo hizo en 2024 tras protestas poselectorales que dejaron 28 muertos y 2.400 detenidos.
El gobierno decoró edificios públicos con luces y celebró el inicio de la temporada con fuegos artificiales, como en la sede del servicio de inteligencia, el temido Helicoide, donde hay “presos políticos”.

Padrino presentó un balance de operaciones contra el narcotráfico y anunció incluso la destrucción de campamentos pertenecientes a las guerrillas colombianas del ELN y disidencias de las FARC.
“Estamos dispuestos a defender nuestra soberanía, nuestro espacio geográfico, ante cualquier intruso”, señaló el ministro. “Quien esté operando por allí, narcotraficantes, salgan del territorio venezolano, salgan a delinquir a otra parte”, insistió.
*Con información de AFP.

