Suman al menos 812 muertos y más de 2,800 heridos luego de que un terremoto de magnitud 6.0 sacudiera el este de Afganistán a las 23:47 horas de la noche del domingo 31 de agosto.
El epicentro del sismo fue localizado a 27 kilómetros dirección noreste de la ciudad de Jalalabad (provincia de Nangarhar) a una profundidad de 8 kilómetros, de acuerdo con datos proporcionados por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
Abdul Ghani Musamim, portavoz del gobernador de la provincia de Konar, aseguró que los esfuerzos de rescate y socorro ya estaban en camino a la zona, según declaraciones recogidas por el periódico estadounidense The Washington Post. Un aldeano, cuya identidad permaneció anónima, contó su experiencia durante la tragedia a la agencia de noticias The Associated Press (AP), lamentando que hay niños, ancianos y jóvenes debajo de los escombros.
“Necesitamos ayuda aquí. Necesitamos que la gente venga y se unaa nosotros. Saquemos a los que están enterrados. No hay nadie que pueda venir a sacar los cadáveres de debajo de los escombros”, dijo el hombre a AP.
Ya van más de 800 muertos y casi 3,000 heridos
Al momento del desastre natural, Naqibullah Rahimi, portavoz del Departamento de Salud Pública de Nangarhar, provincia donde se encuentra la ciudad de Jalalabad, anunció entonces que 15 personas que habían resultado heridas fueron trasladadas de emergencia al hospital, donde pudieron recibir tratamiento. Al día de hoy, la cifra aumentó a más de 2,800, de acuerdo con reportes del WaPo.
Sharifullah Sharafat, residente del distrito de Cawkay, ubicado en la provincia de Kunar, donde ocurrió la mayor cantidad de pérdidas, contó en una entrevista telefónica con el periódico estadounidense que muchas de las casas de su villa colapsaron, al mismo tiempo que recordó cómo sobrevivió por poco y lo que escuchó durante la tragedia. “No hay palabras para describir los gritos que escuchamos“, dijo.
Mawlawi Sanaullah, residente de la misma provincia, dijo, mientras contenía las lágrimas, para la televisora local RTA que su hijo estaba desaparecido, mientras narraba cómo encontró su vivienda colapsada y a muchos de los miembros de su familia debajo de los escombros. Un sismo con epicentro a pocos kilómetros de profundidad suele causar daños mayores.
Zabihullah Mujahid, portavoz principal del gobierno talibán, afirmó en conferencia de prensa este lunes que la mayoría de las víctimas fueron contabilizadas en Kunar, tal y como recabó AP.
Un habitante de Maza Dara, provincia de Nurgal, comentó en diálogo vía telefónica con la agencia de noticias que un estruendo similar al de una tormenta acercándose fue el que lo despertó. Sadiqullah, como fue identificado, se apresuró a llegar hasta donde descansaban sus hijos, logrando rescatar a tres. Cuando volvía para salvar al resto de los miembros de su familia, la habitación se derrumbó.
“Estaba medio enterrado y no podía salir. Mi esposa y mis dos hijos murieron, y mi padre está herido y hospitalizado. Estuvimos atrapados entre tres y cuatro horas hasta que llegó gente de otras zonas y me sacó. Sentía como si toda la montaña temblara”, recordó.
La cifra de muertos podría aumentar
Shafarat Zaman, portavoz del Ministerio de Salud, confirmó que las operaciones de rescate ya iniciaron, con equipos médicos en la zona y que diversas áreas pudieron no haber reportado cuántas víctimas encontraron, por lo que las cifras podrían aumentar.
“Hay algunas aldeas donde no se han recuperado los heridos ni los muertos de entre los escombros, por lo que las cifras podrían aumentar“, señaló.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, publicó en X (antes Twitter) que este desastre añade “muerte y destrucción” a otros desafíos, incluidos la sequía y el retorno forzado de millones de afganos de países vecinos. “Esperemos que la comunidad de donantes no dude en apoyar las labores de socorro”, redactó.
Hace casi dos años, en octubre de 2023, otro terremoto, seguido de numerosas réplicas, azotó Afganistán, dejando un saldo de por lo menos 4,000 personas muertas, estimado por el gobierno. No obstante, la ONU informó de una cifra que rondaba los 1,500 fallecidos, considerando a este como el desastre natural más letal de la historia reciente del país, de acuerdo con información de AP.
