En lo profundo del universo, una galaxia peculiar conocida como la Herradura Cósmicaguarda en su centro un secreto descomunal. Un equipo internacional liderado por astrónomos brasileños ha logrado medir con precisión la masa de un agujero negro ultramasivo e inactivo, que podría ser el más grande jamás observado.
El hallazgo, publicado recientemente y confirmado por observaciones de alta precisión, revela que este agujero negro posee una masa estimada de 36 000 millones de veces la del Sol. La detección se realizó mediante la combinación de lentes gravitacionales y cinemática estelar, dos técnicas que permitieron obtener un cálculo directo y robusto.

Thomas Collett, profesor de la Universidad de Portsmouth, explicó: “Este es uno de los 10 agujeros negros más masivos jamás descubiertos, y posiblemente el más masivo”.
La “Herradura Cósmica” recibe su nombre por un fenómeno óptico: un anillo de Einstein casi perfecto que distorsiona la luz de una galaxia aún más lejana debido a la enorme gravedad del objeto.

Este efecto, junto con el estudio del movimiento de las estrellas, permitió a los investigadores obtener la cifra récord.
Carlos Melo, candidato a doctorado en la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), destacó la importancia del hallazgo: “Lo que resulta particularmente emocionante es que este método nos permite detectar y medir la masa de estos agujeros negros ultramasivos ocultos en todo el universo, incluso cuando están completamente en silencio”.

El hecho de que se trate de un agujero negro inactivo -es decir, que no está devorando materia ni emitiendo radiación detectada- lo convierte en un objeto especialmente difícil de identificar. Sin embargo, la galaxia que lo alberga pertenece a un grupo fósil, formado tras múltiples fusiones galácticas que, según los científicos, contribuyeron al crecimiento de este coloso.
Collett añade: “Estamos observando el estado final de la formación de galaxias y el estado final de la formación de agujeros negros”. El descubrimiento abre nuevas posibilidades para la astrofísica: ahora es posible detectar gigantes ocultos que no brillan ni emiten señales claras, lo que permitirá comprender mejor la evolución de las estructuras más masivas del cosmos.
Con información de la agencia de noticias: AFP

