La emoción por la final de la Champions League entre el Paris Saint-Germain y el Inter de Milán se desbordó en las calles de París, donde la celebración de los aficionados del equipo francés generó rápidamente disturbios violentos pues tras los dos goles tempraneros del PSG en la primera parte, cientos de hinchas salieron a las calles con euforia descontrolada, enfrentándose a la policía incluso antes del pitido final.
Pese a que el gobierno francés había anticipado posibles altercados y desplegó un dispositivo de seguridad con 5.400 agentes en la capital y su periferia, los agentes no lograron contener la situación y el lanzamiento de objetos contundentes así como de fuegos artificiales por parte de los ultras parisinos obligó a las fuerzas del orden a actuar con contundencia.

Por ello a medida que se desarrollaba el partido, se multiplicaron los enfrentamientos, tan solo en la primera mitad, se produjeron 59 detenciones por el uso de pirotecnia y materiales incendiarios y al final de la jornada, el número de detenidos ascendió a 68, según confirmaron fuentes policiales.
¿Qué pasó con los hinchas del París Saint Germain?
La tensión se concentró especialmente en la Plaza de la Estrella, junto al Arco del Triunfo, donde una multitud superó las barreras de seguridad, obligando a los agentes a utilizar un camión con cañón de agua para dispersar a los manifestantes.
Mientras que en los Campos Elíseos también se vivieron momentos de alta tensión con grupos radicales lanzando proyectiles contra la policía y algunos incluso intentaron acceder al Periférico parisino a pie, lo que llevó a nuevas intervenciones y otras nueve detenciones, mientras en varias zonas, fue necesario recurrir a gases lacrimógenos para restablecer el orden.
Cabe destacar que la expectativa por el partido era enorme pues el PSG, bajo la dirección de Luis Enrique, disputaba apenas su segunda final en la máxima competición europea mientras que el prometedor arranque con un 2-0 en los primeros veinte minutos desató una ola de euforia que rápidamente degeneró en violencia en diversos puntos de la ciudad.
Los incidentes no se limitaron a París, pues en Múnich, donde se jugaba el encuentro, también hubo conflictos y es que a bordo del tren rumbo al Allianz Arena, seguidores radicales del PSG encendieron bengalas, y durante los goles del equipo, una nube de humo cubrió parte del estadio, dificultando la visibilidad para jugadores y espectadores.