El Principito es la historia de un pequeño príncipe que abandona su diminuto planeta en busca de aventuras y conocimiento. Durante su viaje, visita varios asteroides habitados por personajes peculiares. Este precioso libro destaca por la reflexión que nos deja sobre la vida. Conoce algunas de las lecciones para reflexionar y compartir en tu vida cotidiana.
Lecciones que tiene El Principito para reflexionar
Una de las frases emblemáticas de El Principito es: “Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos”. A través de un personaje, como es un pequeño príncipe, el autor nos pone delante la importancia de ver más allá de lo superficial. En ese sentido, poder apreciar lo que es verdaderamente vital para nuestras vidas, da igual la edad que tengamos.
“Es una locura odiar a todas las rosas solo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños solo porque uno no se realizó”. Es una lección de vida que nos enseña este autor francés. Es importante no cerrar nuestro corazón a las personas, solo porque una nos lastimó. Tampoco podemos renunciar a nuestros sueños porque uno de ellos no se hizo realidad. Debemos tener siempre un corazón abierto para dar la bienvenida a todo lo bueno que la vida tiene preparado para nosotros.
Es importante señalar que Saint-Exupéry resalta la pureza y la claridad con las que los niños perciben el mundo, libres de los prejuicios y condicionamientos que a menudo afectan a los adultos. El Principito nos permite reconectar con nuestra capacidad de asombro, creatividad e imaginación. Estas son cualidades que suelen desvanecerse con la madurez, pero que son esenciales para una vida plena y auténtica.
Descubre algunas lecciones de vida de este maravilloso libro. Fuente: Pinterest
Este libro señala la importancia del cuidado de nuestro entorno. El Principito dedica tiempo a limpiar los volcanes y a arrancar los brotes de baobabs en su pequeño planeta, simbolizando la importancia de mantener y cuidar nuestro espacio. Debemos ser responsables con nuestro medio ambiente y a tomar acciones conscientes para preservar la Tierra, entendiendo que nuestro bienestar está intrínsecamente ligado al de nuestro ambiente.
Sobre el final de su viaje, el personaje de Saint-Exupéry comprende que, aunque deba separarse de su rosa, su amor y los recuerdos compartidos, perdurarán en su corazón. Esta lección nos ayuda a enfrentar las pérdidas inevitables en la vida, enseñándonos que el verdadero valor de las relaciones y experiencias reside en las huellas imborrables que dejan en nuestra memoria y en nuestro ser.