Empatados en la intención de voto, Petro (62 años) y Hernández (77) se disputarán la sucesión del impopular Iván Duque en el balotaje de hoy.
El 29 de mayo, Petro, senador y exguerrillero se impuso con el 40% de los apoyos frente a 28% del magnate de la construcción, pero las mediciones anticipan un “voto finish”.
“Un resultado muy ajustado va a afectar la gobernabilidad de cualquiera de los dos”, sostiene Luisa Lozano, politóloga de la Universidad de La Sabana.
Y desencadenar —advierte— el descontento “en las calles” que ardieron en 2019, 2020 y 2021 con sangrientas y masivas protestas que ya reflejaban una sociedad en transformación en el segundo país más desigual del continente, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Los dos candidatos se enredaron en una campaña sucia y agresiva. El electorado ya expresó su hastío y ahora decidirá si instala por primera vez a la izquierda en el poder o a un excéntrico sin partido que promete desterrar la corrupción.
Petro y Hernández encarnan el deseo popular de cambio y el castigo a las élites que históricamente gobernaron este país con un conflicto armado de seis décadas, la mayor producción de cocaína en el mundo y una sociedad polarizada que se empobreció por la pandemia.
Sin embargo, sus programas y formas se contraponen. Petro es un economista que por tercera vez compite por la Presidencia. Se alzó en armas contra el Estado y firmó la paz en 1990. Más adelante se destacó como congresista de oposición y llegó a la alcaldía de Bogotá (2012-2015), donde cosechó adversarios por su estilo “autoritario” y el caótico plan para estatizar la recolección de basura.
Su rival es un ingeniero que hizo fortuna como constructor y prestamista. Fue alcalde de Bucaramanga (2016-2019), una ciudad de 600 mil habitantes donde es muy popular por su desparpajo, austeridad y por haber saneado las finanzas públicas. En esta campaña aterrizó como un outsider millonario, muy activo en TikTok que sorpresivamente sacó a la derecha del balotaje.
El próximo Presidente deberá dar respuestas a un país de 50 millones de habitantes donde la pobreza alcanza a 39%.