En este sentido, es bien sabido que el proceso previo tampoco es fácil. Por el contrario, prepararse para ser padre y luego, tal cual, vivirlo, puede llegar a generar cambios en el estilo de vida o pensamiento de una persona.
ello, es que la paternidad puede llegar a ser estresante, por decirlo de alguna manera, todo en función de qué tan preparado estés para ello.
¿Qué cambia en una persona con la paternidad?
Si bien es hermoso convertirnos en padres, la realidad es que la paternidad puede llegar a ser muy estresante o demandante en cuanto a tiempo y recursos para dar una vida sana y óptima al nuevo integrante de la familia.
Por esto, los expertos de Tindala Mindfulness nos comparten información para contrarrestar el estrés y disfrutar de ser padres en plenitud.
Ésta viene acompañada de muchas demandas y exigencias que surgen con la llegada de un nuevo ser. Por ejemplo:
- Demandas económicas, para hacerle frente a los gastos de alimentación, educación y salud
- De tiempo y atención, desde las desveladas interminables hasta el minucioso cuidado que requiere todo recién nacido
- Nuevas expectativas sobre cómo crees que debes de ser como papá
- Y también las expectativas (y frustraciones) sobre cómo es tu hija o hijo y su comparación respecto a cómo te imaginabas que iba a ser
Es importante tener en cuenta que es perfectamente normal que todas estas nuevas demandas y exigencias nos generen preocupaciones, estrés y ansiedad.
Ser padre por vez primera
Cuando es nuestra primera vez, nos enfrentamos a situaciones que nunca antes hemos experimentado y que, por lo tanto, nos obligan a aprender nuevas formas de actuar y relacionarnos, tanto con el bebé como con nuestra pareja y familiares, y si no es la primera vez que somos padres, con la llegada de un nuevo integrante de la familia, las exigencias aumentan y con eso, aumentan nuestras preocupaciones respecto a poder “estar a la altura” con el nuevo tamaño familiar.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que transitar la paternidad sumidos en preocupaciones, estrés o ansiedad no sólo nos puede causar problemas de salud, sino que, inevitablemente, también nos llevará a perder contacto con el momento presente y por lo tanto, a perdernos la oportunidad de disfrutar la maravillosa experiencia de ser padres.
Es decir, podemos estar con nuestros hijos pero no estar realmente ahí, nuestra mente estará oscilando entre el pasado y el futuro, entre recuerdos y tareas por hacer, divagando en las interminables historias que nos contamos a nosotros mismos, ocasionando que no estemos “viviendo de verdad”.
La buena noticia es que podemos re-entrenarnos para estar más presentes y vivir nuestra vida con mayor plenitud, incluyendo la relación y convivencia con nuestras hijas e hijos.
- Una recomendación es que a través de las prácticas de mindfulness aprendemos a gestionar nuestros pensamientos y emociones de una manera tal que estos no interfieran con nuestras vidas.
Abrazo de las tres respiraciones
Te dejamos un ejercicio simple, pero muy profundo y transformador para que lleves a la práctica.
Consiste en tomar en brazos a tu hijo y hacer contacto pecho con pecho. Desde esa posición, hacer tres respiraciones profundas y conscientes, conectando con todos tus sentidos, con el movimiento del aire que entra y sale, con los olores, con los sonidos.
Inténtalo y verás que la conexión entre ustedes se habrá profundizado y te darás cuenta de lo transformador que es centrarte en el momento presente, aunque sea por un breve momento, en compañía del maravilloso ser que tienes en tus brazos.
Si quieres saber más o profundizar en algún aspecto de esta práctica, Tindala Mindfulness tiene programas individuales y personalizados, para que puedas incorporar mindfulness de manera sostenible a tu vida cotidiana y disfrutar de sus amplios beneficios.